De la ciudad nueva, cabe destacar un edificio moderno,la casa danzante, de estilo deconstructivista, caracterizado por su geometría no euclídea, es decir con muchas curvaturas y pocas o casi ninguna recta. Y también la plaza de Wenceslao, ya que ha sido escenario de vivencias muy importantes para la ciudad como fueron la revuelta de la Primavera de Praga, siendo famosas las imágenes de los carros de combate soviéticos circulando por la citada plaza y las manifestaciones políticas que llevaron a la Revolución de Terciopelo.
A su cabecera se encuentra el imponente edificio del museo Nacional, cuya visita vale más la pena por la magnificencia y vistosidad de su interior que de lo allí expuesto y que nos da paso a citar alguno de los museos de la ciudad de Praga. En el nacional se exponen elementos de la prehistoria, elementos de paleontología, antropología, zoología y mineralogía, a parte de otros temas menos importantes. Un museo distinto y original es el museo del Comunismo, pequeño y cuya visita no lleva más de una hora. No hay que olvidar el museo judío, el de torturas medievales, el de la casa de Kafka y el de la casa de Mozart entre otros.
Por último, visitando Praga, sería imperdonable no acudir a una obra de teatro negro, en el cual los actores visten de negro y actúan sobre un fondo negro, por lo que los espectadores solo ven objetos iluminados, objetos fosforescentes y personajes flotando de formas increíbles.