Romería San Ramón de Bealo

La romería de San Ramón de Bealo se celebra en la parroquia boirense de Bealo, en una pequeña explanada donde se encuentran los elementos necesarios para el buen discurrir de una jornada de festejos: crucero y ermita del santo para atender las necesidades de salud del espíritu, viejo palco para dar cabida a los músicos que con sus notas alegrarán los corazones de los asistentes; y campo sombrío para comer a gusto y dar respuestas a las exigencias del paladar.
 

De hecho esta romería de San Ramón de Bealo, que se celebra todos los 31 de agosto, es una de las más concurridas y famosas de la comarca, y desde tiempos inmemoriales lleva a muchas mujeres a su capilla en la procura de un remedio para la esterilidad o para tener un buen parto, y así nos lo confirma una copla que reza “As mulleres cando paren / lémbranse de San Ramón”, las mujeres cuando paren se acuerdan de San Ramón. Pero esta tradición como algunas personas sabrán, no se remonta a hace unos pocos años, sino que hay que retroceder en el tiempo y volver la mirada cara el siglo XVIII, fecha de la construcción de este pequeño santuario.

 
Según pudimos saber, la fundación de San Ramón fue instituida por el que fuera cura de esta “fregresía”, D. José Bravo de Castro el día 22 de agosto de 1758. El cura administrador quedaba obligado a celebrar misa y hacer otros sufragios a la devoción del santo y de las ánimas del purgatorio. También debía hacer una novena a San Ramón de modo que coincidiera con la última jornada de agosto, es decir el día 31, fecha de su fiesta. Estas obligaciones implicaban también los sucesores de D. José Bravo. Así, desde aquellos tiempos, fieles de toda condición acuden a la romería a honrar al santo. Incluso llegados a saber por J.A. Durán, buen conocedor de Rianxo y sus gentes, que el mismo Castelao encontró inspiración en esta fiesta para dibujar alguna de sus famosas “Estampas de cegos”.
 
Está perfectamente documentado que, desde los primeros tiempos de la cristiandad, las jerarquías eclesiásticas no cesaron en su intento de cristianizar los lugares en donde la gente acudía a celebrar sus antiguos ritos o a rendir culto a sus divinidades, consideradas paganas por la nueva iglesia. De este modo mandaron levantar santuarios, capillas ermitas,…. allá en donde lo estimaban oportuno (recordemos los santuarios de la Virxen da Barca de Muxía, San Andrés de Teixido, A Lanzada…). Un interesante trabajo de investigación llevado a cabo por J.A. Fernández Castro sobre los gravados en las rocas de Bealo, nos documenta a cerca del tema y nos hizo pensar en la posibilidad de que en Bealo se diese también un caso semejante. En el contorno de la capilla de San Ramón existen una serie de elementos que, de no ir sobre aviso, pasan desapercibidos por completo.
 
Bajando por la pista que pasa al lado de la escuela unitaria, y a los pies de los restos de un castro, actualmente irreconocible por su estado ruinoso, se localiza una gran roca que presenta la curiosidad de contar con varios gravados. Uno de ellos destaca por encima de los demás. Se trata de una alargada figura en forma de serpiente que, según las fuentes consultadas, tendía su origen en la época “castrexa” y estaría relacionada a los citados restos históricos. Comparten soporte con esa serpiente varias insculturas destacando por su número los cruciformes, al que J.A. Fernández sitúa entre los siglos XVI y XVIII. Este hecho no debe pasar desapercibido, pues, en el contexto de la etno-arqueología gallega, los ofidios ocupan un lugar muy destacado. Florentino Cuevillas y Fermín Bouza Brey, prolíficos investigadores vinculados al “Seminario de Estudos Galegos”, llegan a hablar de una “ofilatría castrexa”, de un culto precristiano de la serpiente. Además de otros posibles significados hay que tener mucho en cuenta el vínculo de la serpiente con la idea de fecundidad (recordar que aun hoy en día las mujeres acuden a San Ramón en la procura de un remedio para su esterilidad).
 
Por otra banda, J.A. Fernández Castro nos da la noticia de la existencia en Bealo de abundante folclore relativo a antiguos cultos a los árboles, fuentes, encrucijadas de caminos y sobre todo a rocas. En este sentido, el Padre Sarmiento, hombre de la ilustración y destacado investigador de la cultura e historia gallegas, da noticia de algunos lugares en Galicia en donde había determinadas piedras conocidas como “camas de pedra” en las que dormían marido y mujer, en la procura de solucionar sus problemas de esterilidad.
 
Estas prácticas supersticiosas relacionadas con la fertilidad y basadas en la creencia del poder fecundador que transmitían las rocas a los que sobre ellas realizaban el acto sexual, fueron recogidas por los investigadores de la “Xeneración Nós”, aun en el primer tercio del siglo pasado. La existencia en Bealo de una roca que responde a las características de las camas de piedra, el centenario gravado de serpiente que hay que enmarcar en la Cultura “Castrexa” y que pudiera ser, una representación simbólica de la fecundidad, el abundante folclore relativo a la fertilidad existente en la zona, y los evidentes signos de cristianización de este espacio (una gran cantidad de cruces que acompañan al “serpentiforme” gravadas en época posterior y la consagración de una capilla en este entorno ), nos lleva a pensar que este es un lugar donde, desde tiempos remotos se han llevado a cabo prácticas derivadas de una religiosidad primitiva que con el tiempo fueron tomando un cariz cristiano.
 
Otra piedra con inscripciones rupestres hace que J.A. Fernández contemple la posibilidad de que al menos parte de las “insculturas” sean el testigo en piedra de la cura de los males de parte de los fieles que algún día acudieron al lugar. Sea como fuese, desde hace muchos siglos gran cantidad de romeros y romeras movidos por su fe y ansia de remediar sus males y dolencias se acercaron a este enigmático espacio, que se constituye en otra de las claves para conocer mejor los actuales modos de ser y el modo de entender la vida que tenemos los gallegos.
 
Fuente : Concello Boiro

Turismo Galicia