El Arco de los Blancos

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Es un vestigio de una antigua puerta romana que se situaba inmediata al Castillo de la Villa (Cádiz). Como ocurrió en el Arco del Pópulo, al vano original se fueron agregando distintas construcciones, que modificaron su aspecto primitivo.

La familia de Felipe Blanco, de la que toma su nombre el arco, levantó en el siglo XVII una capilla para la Virgen de los Remedios, sobre el arco principal, construcción que ya no existe. El pórtico exterior, corresponde a la entrada principal o Puerta de Tierra de la villa medieval, con arcos apuntados; debió ser construido al tiempo del resto de la fortificación y la alcazaba.

Fue denominado Puerta de Tierra, porque quedaba frente a la goleta o istmo. Luego se le llamó de Santa María. La puerta estaba flanqueada por dos torres, desiguales.

El arco sufrió abandono por carecer de importancia militar, ya que apenas encerraba una pequeñísima parte de la ciudad, por tanto este arco fue el que sufrió más el abandono, hasta el punto de convertirse en ruinas, por lo que tuvo que repararse seriamente en 1602.

En 1621 la familia Blanco, una de las principales del comercio de Cádiz y que más tarde tuvo asiento en el Ayuntamiento, pidió autorización para edificar una capilla. La capilla quedó terminada en 1635, fecha que está mostrada en el Ave María que existe en el frente que da a la Calle del Mesón Nuevo.

Su importancia y reconocimientos

El Conjunto Arqueológico del Arco de los Blanco, fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, y en efecto incluido dentro de la Zona Arqueológica Término Municipal de Cádiz. Su protección está amparada en la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Sin duda, es uno de los lugares emblemáticos de Cádiz.